Explorando el legado de Ostende y el Viejo Hotel Ostende
( Pinamar ):
En un rincón encantador de la costa atlántica argentina se encuentra Ostende ( Pinamar) , una villa balnearia que ha dejado una huella imborrable en la historia de la región. Su creación, a principios del siglo XX, marcó el comienzo de una nueva era en el turismo de Buenos Aires y el desarrollo de la costa, convirtiéndola en un destino privilegiado y el favorito de muchos turistas.
El impulso para el desarrollo de Ostende llegó en 1908 con la habilitación de la Estación Juancho por parte del Ferrocarril del Sud. Esta parada se ubicaba dentro del campo de José Guerrero, a aproximadamente 29 km del mar. La región, conocida como Montes Grandes de Juancho, era una extensión de tierras habitada por enormes e indómitas dunas. El surgimiento del ferrocarril fue el punto de inflexión que transformó por completo la región, hasta entonces se caracterizaba por sus imponentes dunas y una costa salvaje. Fue en ese momento que Ferdinand Robette, un visionario belga, y Agustín Poli, un emprendedor italiano, ( quienes se conocieron alli mismo ) reconocieron el potencial sin explotar de este lugar y decidieron comprar una extensión de kilometros de terreno cubierta por kilómetros de dunas. Con la colaboración de trabajadores japoneses residentes en una estancia proxima llamada colonia Tokio, se dio inicio a un proyecto de desarrollo sin precedentes en Ostende. El objetivo era convertir ese paisaje virgen en una próspera villa balnearia que cautivaría a aquellos que anhelaban disfrutar de la belleza natural de la costa atlántica.
Los pioneros se embarcaron en la tarea de urbanizar la zona. Se establecieron
los cimientos de lo que esperaban ser convirtiera en un
destino turístico único. Ostende comenzó a tomar forma con
elegancia tomando inspiración de los encantadores balnearios europeos.
En este proceso la participación de los trabajadores japoneses fue
invaluable. Su dedicación y habilidades contribuyeron en gran medida al
desarrollo de Ostende, aportando una riqueza cultural adicional al
proyecto. Esta colaboración internacional dejó una marca indeleble en la
historia de la villa balnearia. No obstante, las dunas gigantes e
imprevisibles presentaron desafíos significativos. A pesar de los esfuerzos
por forestar la zona, muchas construcciones quedaron sepultadas bajo la arena,
y el proyecto original fue abandonado. A pesar de esto, algunos vestigios
históricos permanecen como testigos, entre ellos el emblemático
Viejo Hotel Ostende, en realidad al principio llamado
Hotel Termas Ostende entre 1913 y 1914. Este hotel se convirtió
en el lugar de alojamiento de los pioneros de la zona y recibió
tanto a turistas como viajeros ocasionales. Aqui se han hospedado personajes
que consolidaron aun mas su ambiente exclusivo y hasta mistico.
Saint-Exupéry El autor del principito, se hospedo dos temporadas seguidas y
Bioy Casares y Silvina Ocampo fueron testigos de las virtudes del entonces
nuevo hotel en Ostende.
El resultado final fue una Ostende que acaparo la atención de los porteños y eso se hizo notar con viajes y mas viajes a Ostende. Desde la revista Fray Mocho, a los volantes promocionando el lugar, Ostende comenzó a hacerse conocer, lo mismo que sus playas interminables y sus dunas imponentes, fusionándose con la planificación urbana. A medida que el tiempo avanzaba, Ostende se convirtió en un lugar privilegiado que atraía a visitantes de todas partes del país en busca de experiencias inolvidables junto al mar. El nombre de Ostende fue elegido con nostalgia y cariño por los belgas, en memoria del balneario del Mar del Norte. Inspirados en esos balnearios, los desarrolladores buscaron crear una villa balnearia que combinara elegancia y sofisticación sin caer en la ostentación. Así, Ostende se convirtió en un destino único y deseado, que rápidamente ganó popularidad entre aquellos que ansiaban disfrutar de las maravillas naturales de la costa atlántica.
La planificación urbanística de Ostende fue llevada a cabo con minuciosidad y atención al detalle. Se diseñó una amplia avenida central de 50 metros de ancho, que se convirtió en el corazón de la villa. Además, se planificó la construcción de una rambla con pilares y balaustradas, aunque esta última quedó inconclusa, dejando los pináculos asomándose por encima de la arena hasta el día de hoy. Desde su fundación oficial el 6 de abril de 1913, Ostende ha florecido y se ha convertido en un símbolo de la evolución del turismo de la region. A lo largo de los años, Ostende ha sabido mantener su esencia y encanto, atrayendo a turistas de todas partes del país y ofreciéndoles una experiencia única.
Hoy en día, El turismo en Pinamar y en Ostende esta consolidado y es parte de las opciones favoritas de muchos argentinos. Ostende es mucho más que un destino de verano. su arquitectura histórica y su atmósfera tranquila invitan a los visitantes a revivir su rica historia y a disfrutar de su encanto atemporal.
VIEJO HOTEL OSTENDE
Calle Biarritz esquina Cairo, Ostende,
Buenos Aires, Argentina
Tel/Fax [54 02254] 48‑6081
INFORMES Y RESERVAS
Sarmiento 747 6º A
Buenos Aires, Argentina
Tel/Fax [5411] 4327‑1093 / 4326‑6461
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